HABILIDADES SOCIO EMOCIONALES Y FACTORES PSICOSOCIALES DE LOS TRABAJADORES.
Más allá de tratarse de una moda, el
desarrollo de las habilidades sociales se ha convertido casi en una necesidad
para crecer personal y profesionalmente. Las habilidades sociales forman parte
de la inteligencia emocional, que el psicólogo y periodista
Daniel Goleman tanto ha divulgado con sus libros, y hacen referencia a la
capacidad de relacionarse adecuadamente con los demás. La orientación al
cliente, la empatía, la negociación y el trabajo en equipo son algunas de ellas.
Las empresas cada vez las valoran más y no sólo entre los profesionales que tienen en plantilla sino que también las tienen muy en cuenta a la hora de seleccionar personal. Su importancia es tal que pueden marcar la diferencia a la hora de conseguir un empleo. Ante currículums similares, las habilidades sociales suelen decantar la balanza hacia aquellos candidatos que destacan por «destrezas» como la mano izquierda o el control emocional.
Las empresas cada vez las valoran más y no sólo entre los profesionales que tienen en plantilla sino que también las tienen muy en cuenta a la hora de seleccionar personal. Su importancia es tal que pueden marcar la diferencia a la hora de conseguir un empleo. Ante currículums similares, las habilidades sociales suelen decantar la balanza hacia aquellos candidatos que destacan por «destrezas» como la mano izquierda o el control emocional.
Cuatro son las habilidades que más suelen valorar las
empresas. En primer lugar, figura la capacidad de comunicación,
en la que se incluye convencer, escuchar, persuadir, exponer las ideas de forma
clara o formular las preguntas adecuadas en cada caso para conseguir toda la
información que se necesita para conocer o resolver un asunto.
La flexibilidad se sitúa en el segundo puesto y ha ido ganando posiciones durante los últimos años, debido al creciente clima de incertidumbre económica en el que nos movemos. Así, el trabajador tiene que tener una mente abierta y adaptarse a cualquier cambio y situación complicada que se pueda producir en la empresa por las nuevas «exigencias del guión», que cada vez son mayores en el actual entorno de constante cambio.
La habilidad para entender las necesidades y los sentimientos de los demás, más conocida como empatía, es la tercera del ranking. Esta destreza consiste en ponerse en el lugar del otro y responder de forma correcta a sus necesidades emocionales. Al entender las motivaciones de los demás, uno se puede adaptar mejor a sus intereses.
La última habilidad solicitada es la capacidad de trabajar en equipo. No hay que olvidar que las empresas exitosas son la suma de varios grupos de personas que cooperan y colaboran juntas solventando, cada una desde su parcela de conocimiento, cualquier tipo de problemas que se les puedan plantear.
El optimismo, creer en uno mismo, saber asumir riesgos y responsabilidades, el compromiso y la vocación de servicio son otras de las habilidades habituales solicitadas en muchos puestos de trabajo, independientemente del sector de actividad.
Los seleccionadores también se fijan en que los candidatos tengan autoconfianza, autocontrol y motivación, de forma que dichas características se reflejen posteriormente en el desempeño del puesto. Por ello, a la hora de enfrentarse a una entrevista de trabajo hay que mentalizarse de que uno se está vendiendo a sí mismo, por lo que deberá hacerlo de la mejor manera posible, desplegando todas sus aptitudes sociales.
La flexibilidad se sitúa en el segundo puesto y ha ido ganando posiciones durante los últimos años, debido al creciente clima de incertidumbre económica en el que nos movemos. Así, el trabajador tiene que tener una mente abierta y adaptarse a cualquier cambio y situación complicada que se pueda producir en la empresa por las nuevas «exigencias del guión», que cada vez son mayores en el actual entorno de constante cambio.
La habilidad para entender las necesidades y los sentimientos de los demás, más conocida como empatía, es la tercera del ranking. Esta destreza consiste en ponerse en el lugar del otro y responder de forma correcta a sus necesidades emocionales. Al entender las motivaciones de los demás, uno se puede adaptar mejor a sus intereses.
La última habilidad solicitada es la capacidad de trabajar en equipo. No hay que olvidar que las empresas exitosas son la suma de varios grupos de personas que cooperan y colaboran juntas solventando, cada una desde su parcela de conocimiento, cualquier tipo de problemas que se les puedan plantear.
El optimismo, creer en uno mismo, saber asumir riesgos y responsabilidades, el compromiso y la vocación de servicio son otras de las habilidades habituales solicitadas en muchos puestos de trabajo, independientemente del sector de actividad.
Los seleccionadores también se fijan en que los candidatos tengan autoconfianza, autocontrol y motivación, de forma que dichas características se reflejen posteriormente en el desempeño del puesto. Por ello, a la hora de enfrentarse a una entrevista de trabajo hay que mentalizarse de que uno se está vendiendo a sí mismo, por lo que deberá hacerlo de la mejor manera posible, desplegando todas sus aptitudes sociales.
A cada puesto lo suyo
No todos los puestos de trabajo requieren de las mismas
habilidades sociales. Por ello puede ser conveniente un análisis previo de la
posición a desempeñar para averiguar qué cualidades deben ser mejoradas y en
cuáles no es necesario incidir tanto. Una lectura detenida de la oferta de
empleo, la reflexión sobre las funciones que conlleva y la
visión de las personas y departamentos con los que más se estará en contacto
pueden ser de gran ayuda.
Si estás pensando en empezar el nuevo año empleándote a fondo en este campo, conviene que sepas que las habilidades sociales son innatas a cada uno y lo que hay que hacer con ellas es perfeccionarlas. De hecho, el mercado ofrece muchos cursos y seminarios que se centran en este aspecto. El problema es que la mayoría de ellos se dirigen, sobre todo, a directivos que tienen varios años de experiencia en su haber. Si es tu caso, perfecto.
Pero si eres un recién titulado, sin prácticamente experiencia profesional o llevas poco tiempo en el mercado laboral y quieres mejorar algunos de estos aspectos, puedes optar por los cursos universitarios de verano, en los que suele haber contenidos en torno a esta temática. Además, algunos masters o cursos de postgrado hacen hincapié en las habilidades sociales.
Internet es otra buena opción para encontrar cursillos económicos. Sin olvidar las opciones que ofertan las escuelas de negocios, las consultoras, las empresas de comunicación y las cámaras de comercio. Todas ellas organizan cursos ya que las empresas valoran cada vez más que sus profesionales posean habilidades sociales.
Si estás pensando en empezar el nuevo año empleándote a fondo en este campo, conviene que sepas que las habilidades sociales son innatas a cada uno y lo que hay que hacer con ellas es perfeccionarlas. De hecho, el mercado ofrece muchos cursos y seminarios que se centran en este aspecto. El problema es que la mayoría de ellos se dirigen, sobre todo, a directivos que tienen varios años de experiencia en su haber. Si es tu caso, perfecto.
Pero si eres un recién titulado, sin prácticamente experiencia profesional o llevas poco tiempo en el mercado laboral y quieres mejorar algunos de estos aspectos, puedes optar por los cursos universitarios de verano, en los que suele haber contenidos en torno a esta temática. Además, algunos masters o cursos de postgrado hacen hincapié en las habilidades sociales.
Internet es otra buena opción para encontrar cursillos económicos. Sin olvidar las opciones que ofertan las escuelas de negocios, las consultoras, las empresas de comunicación y las cámaras de comercio. Todas ellas organizan cursos ya que las empresas valoran cada vez más que sus profesionales posean habilidades sociales.
los factores psicosociales relacionados con el trabajo
contribuyen a una serie de daños para la salud. Se han acumulado pruebas que
demuestran que existe una relación entre síndromes no específicos de carácter
psicológico, de comportamiento o somáticos y condiciones de trabajo estresantes
o muy ingratas. Por otra parte, el trabajo integra factores psicosociales
positivos propicios para la conservación, e incluso el mejoramiento, de la
salud. El enfoque más corriente para tratar las relaciones entre el medio
ambiente psicológico del trabajo y la salud de los trabajadores ha sido la
aplicación del concepto de estrés. Los factores psicosociales en el trabajo son
complejos y difíciles de entender, dado que representan el conjunto de las
percepciones y experiencias del trabajador y abarcan muchos aspectos. Algunos
de estos se refieren al trabajador individualmente, mientras que Otros están
ligados a las condiciones y al medio ambiente de trabajo. Los factores
psicosociales en el trabajo consisten en interacciones entre el trabajo, su
medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de su
organización, por una parte, y por la otra, las capacidades del trabajador, sus
necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo lo
cual, a través de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud y en
el rendimiento y la satisfacción en el trabajo.
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